ADENOAMIGDALECTOMIA: MITOS Y REALIDADES
16 de May del 2015
CIRUGIA DE AMIGDALAS Y ADENOIDES: MITOS Y REALIDADES.
Es indudable que cualquier tipo de cirugía que se nos llegue a realizar a nuestra persona o seres queridos, cause temor y dudas, fundamentadas o no, sobre su validez o necesidad, mas aún si se trata de nuestros hijos; de ahí la finalidad de este artículo, conocer de manera práctica y sencilla las indicaciones generales para este procedimiento quirúrgico denominado Adenoamigdalectomìa (extirpar las anginas y adenoides), sus repercusiones, ventajas y desventajas, así como posibles complicaciones durante y posterior a la cirugía.
I. ¿Qué son las amígdalas y adenoides?
Nuestro cuerpo cuenta con órganos, tejidos, células y sustancias de diversos tipos desarrollados exclusivamente para la protección del organismo. Entre los tejidos para protección, se encuentra el tejido linfoide, verdaderos laboratorios donde, con ayuda de células especializadas llamados leucocitos, se fijan y atacan entidades que pueden causar daño al cuerpo humano, tales como virus, bacterias, hongos y células cancerosas, como si fueran filtros orgánicos. Cada vez que esto ocurre, como respuesta natural, este tejido suele inflamarse aumentando varias veces su tamaño, debido a la intensa actividad que se lleva a cabo en su interior, para después del ataque volver a su tamaño original; aun que en ocasiones, puede quedar el tejido hipertrófico, es decir, mas grande, sin estar ya bajo la influencia del agente patógeno. Muchas veces el tejido linfoide logra contener las amenazas previamente mencionadas para que su repercusión sistémica no sea importante, pero en otras ocasiones, su capacidad de protección se ve rebasada por el agente atacante, propagándose al resto del organismo.
Las amígdalas palatinas o comúnmente conocidas como anginas, son estructuras linfoides pares ovaladas ubicadas en la entrada de la Orofaringe, en ambos lados de la campanilla, su superficie es irregular, con criptas o hendiduras que sirven para fijar en su interior organismos patógenos (virus, bacterias) y desarrollar una serie de mecanismos para repelerlos.
Las adenoides, son un tejido irregular único de consistencia suave y con características muy parecidas a las amígdalas que se encuentra ubicada en la nasofaringe, es decir el espacio posterior ubicado entre la nariz y la boca. Ambas estructuras no son las únicas para protección, ya que son parte de un sistema linfático de la cabeza y cuello denominado Anillo de Waldeyer. Existen diversos estudios que demuestran que aun sin amígdalas y adenoides, el resto del sistema linfático puede cumplir satisfactoriamente las funciones de protección.
La respuesta habitual ante una infección de vías respiratorias altas, suele ser la inflamación de estas estructuras linfoides y los ganglios linfáticos de cabeza y cuello. La historia natural de la infección suele estar caracterizada por fiebre, ataque al estado general, dolor faríngeo, dificultad a la respiración, tos y dolor al deglutir. En la exploración física se observaran las amígdalas enrojecidas, aumentadas de tamaño, con puntilleo purulento o natas de pus en su superficie, en ocasiones llagas. Las adenoides no suelen ser vistas en una inspección de rutina, a menos que sean tan grandes que sobresalgan por detrás de la campanilla, pero a la visualización endoscópica se pueden ver aumentadas de tamaño, eritematosas y con material purulento en su superficie.
II. ¿En qué consiste la patología de adenoides y amígdalas?
Su patología se puede dividir en infecciosa o hipertrófica (aumentadas de tamaño). Como suelen estar afectadas simultáneamente, es muy común la cirugía de ambas en un mismo tiempo quirúrgico.
Adenoides.
Los síntomas de hipertrofia adenoidea se presenta en niños, en general con respiración por la boca y no por la nariz, agitación al realizar algún ejercicio, ronquido nocturno que suele estar acompañado de periodos de apnea (ausencia de respiración) durante el sueño profundo, lo cual ocasiona sueño agitado y superficial, no reparador y despertares continuos. Esto es debido a que en esta enfermedad, las adenoides se encuentran tan inflamadas que obstruyen la parte posterior de la nariz. También pueden obstruir los conductos de drenaje de los oídos y producir otitis serosa, disminución de la audición e infección repetitiva de los mismos.
Es común ver en estos niños, cuando la hipertrofia adenoidea se da entre los 2 y los 7 años de edad la denominada "facies adenoidea" en la cual el niño al no respirar por la nariz, presenta con el tiempo, cambios físicos faciales que consisten en expresión de desinterés, mirada ausente, boca entreabierta, dientes superiores proyectados al frente, labio prominente inferior, aplanamiento de mejillas y respiración oral, babeo constante; lo cual suele ser motivo de burla ante sus compañeros, quienes de manera cruel suelen decir que tienen cara de niño bobo. La patología infecciosa de las adenoides inicialmente es viral en la mayoría de los casos, pero también se ven afectadas secundariamente por bacterias.
Para la realización del diagnóstico de adenoiditis (inflamación de adenoides), suelen hacerse diversos estudios y no siempre es fácil ya que la sintomatología se confunde con la de las rinitis o sinusitis bacterianas.
Amígdalas.
Al igual que las adenoides, la patología se pueden dividir en hipertrofia e infecciosa. La hipertrofia o aumento de tamaño se pueden producir como resultado de infecciones de repetición, cuando pierden su capacidad de protección, llegando en ocasiones a ser tan grandes que se juntan una con otra en la línea media, lo cual compromete de manera importante la vía aérea. También pueden estar crecidas por reacciones inmunológicas, hiperplasia idiopática benigna, es decir sin una causa aparente, y en raras ocasiones como parte de algún proceso maligno como el linfoma.
III. Indicaciones para Cirugía.
Indicaciones para adenoidectomía.
En caso de ronquido en niños con apnea obstructiva del sueño y obstrucción respiratoria nasal por crecimiento de adenoides.
Las indicaciones relativas son las infecciones de oídos de repetición por obstrucción de la trompa de Eustaquio (tubo de drenaje y aireación del oído, que desemboca en la nasofaringe), infecciones respiratorias altas de repetición (rinitis, sinusitis) y deformidad en la mordida. También puede haber mejoría importante realizando esta cirugía en pacientes con rinitis alérgica, siendo mucho más sencillo su manejo.
Indicaciones para Amigdalectomía
Entre las indicaciones destacan las siguientes:
1. Amigdalitis de repetición. Más de 5 en 1 año, 4 infecciones anuales en 2 años seguidos o 3 en 3 años consecutivos.
2. La obstrucción respiratoria por crecimiento severo de amígdalas que, junto con la hiperplasia de adenoides pueden producir casos severos de apnea obstructiva del sueño, respirar dificultoso diurno e imposibilidad para realizar diversos deportes.
3. Absceso periamigdaliano: Se puede presentar en pacientes con amigdalitis de repetición, y que consiste en la acumulación de pus en el espacio interno entre las amígdalas y la faringe, situación que puede ser muy delicada, por la posibilidad de invasión a otros espacios profundos del cuello, o causar sepsis (infección de sangre y órganos internos) y la muerte.
4. Sospecha de patología maligna (tumores diversos)
Otras indicaciones relativas son:
1. Convulsiones febriles: En niños con historia de amigdalitis frecuentes y que suelen presentar convulsiones por fiebre se plantea la amigdalectomía por ser en ellos, una causa frecuente de síntoma febril.
2. Fiebre reumática, en la que por un fenómeno inmunológico de tipo auto anticuerpos, se afectan en cada infección por estreptococos, estructuras como articulaciones e incluso válvulas cardiacas.
3. Halitosis y producción de Masilla: En ocasiones se acumula material de desecho en las criptas amigdalinas, material denominado caseum que significa queso. Conocida como masilla, se visualiza como grumos amarillentos en las amígdalas, que suelen expelerse de manera repetitiva a pesar del adecuado aseo bucal y que puede producir mal aliento.
IV. La edad más adecuada para la adenoamigdalectomìa.
La edad más frecuente en que se realiza la adenoamigdalectomía es entre los 2 y los 8 años. Sin embargo existen indicaciones precisas de la cirugía en niños de menor edad, en especial cuando existe apnea obstructiva del sueño, sin riesgo aumentado respecto a otra edad para realizar el procedimiento por sí mismo, aun que sí requiere cuidados especiales para anestesia, seguimiento de recuperación y manejo de la hidratación y medicamentos. Los adolescentes y adultos, no suelen tener trastornos por hipertrofia de adenoides, pero sí de Amígdalas, y aquellos que presenten las indicaciones ya descritas son candidatos a esta cirugía. En pocas palabras, es el estado clínico y la sintomatología, y no la edad, la que determina la necesidad del procedimiento.
V. Complicaciones de la cirugía y cuidados postoperatorios.
Las complicaciones son raras, pero pueden ocurrir como en cualquier procedimiento quirúrgico por mas sencillo que parezca, resolviéndose adecuadamente en la mayoría de los casos. La más común es el dolor y dificultad para tolerar la vía oral posterior a la cirugía, el cual se maneja adecuadamente con analgésicos y antiinflamatorios, pensando en que cada tratamiento varía de acuerdo al umbral de dolor y personalidad del niño o adulto. Otras complicaciones mucho menos frecuentes pueden ser reacciones a la anestesia, obstrucción de la vía aérea, reflujo nasal, infecciones postoperatorias, intolerancia a la vía oral y deshidratación, hasta sangrado de magnitud variable, que puede requerir hospitalización y monitorización continua con reposición de líquidos y medicamentos intravenosos, y re-intervención quirúrgica en caso de sangrados no controlados por medios más conservadores. Debido a estas complicaciones, en situaciones extraordinarias, se pueden llegar a dar casos de muerte si no se atienden a tiempo.
Los cuidados postoperatorios son muy importantes, consistentes principalmente en reposo relativo y dieta blanda estricta durante al menos 10 días, además de los medicamentos prescritos. Durante los primeros días se suele recomendar comer nieve, para aliviar el dolor, prevenir sangrados y evitar deshidratación.
Conclusión.
Las amígdalas y las adenoides son de gran utilidad, y en muchas ocasiones, se pueden resolver los trastornos infecciosos o inflamatorios de estas estructuras con tratamientos adecuados; pero cuando llega un punto en que producen más daño que beneficio, convirtiéndose en fuentes de infección o impidiendo la respiración adecuada a pesar de múltiples y costosos tratamientos médicos, es el momento para pensar en extirparlas y cambiar para bien la calidad de vida del paciente. Bajo este contexto, dilatar el tiempo de cirugía solo aumenta la morbilidad y posibilidad de complicaciones. Desde luego, es fundamental la valoración y tratamiento por un médico especialista certificado en otorrinolaringología o cirugía pediátrica, que opere en clínicas u hospitales que cuenten con todos los medios y recursos para una adecuada cirugía y resolver cualquier eventualidad.
DR. OCTAVIO AUGUSTO DELFIN ORTEGA
Otorrinolaringólogo y Cirujano de Cabeza y Cuello
Médico Militar. Ced. Prof.4255968
Clínica de SERVICIOS MEDICOS ESPECIALIZADOS.
Irapuato, Guanajuato.
Mail: drdelfin@hotmail.com